martes, 14 de abril de 2009

Tesoro de Victoria - by..... Paulina Moraga

14 de ABRIL

ESCRITURA: Salmo 41:4

Yo dije: Jehová, ten misericordia de mi, sana mi alma, por que contra ti he pecado.

TESORO DE VICTORIA:

A veces uno no dimensiona el significado de la palabra Misericordia, en el diccionario aparece como un Atributo de Dios, en cuya virtud perdona los pecados y miserias de sus criaturas.
Miserias, no tan solo cometemos pecado, sino que somos miseria ante el Señor, ya que son tantas las veces que dañamos el corazón de Dios, con nuestras actitudes, palabras y pensamientos, por que no son puros hacia los otros, y muchas veces herimos a otras personas, sin saber la repercusión que esta pudo haber tenido en el otro.
El amor de Dios es tan grande, que ni nuestra mente lo puede llegar a entender ni dimensionar. Si nosotros hubiésemos vivido en la Antigua Iglesia, téngalo por seguro que no estaría leyendo este tesoro de victoria, ni yo lo hubiese podido escribir, por esto debemos ser siervos agradecidos ante el, por que su amor y misericordia es tan grande hacia nosotros, que nos perdona una y otra vez.
En varias oportunidades, le he pedido a Dios que me perdone y sane mi alma, de todas las cosas que me dañaron en mi pasado, pero el poder sanador de Dios es tan profundo que tampoco lo llegamos a entender, sino que una vez que las cosas empiezan a salir a la luz, empezamos a entender el trabajo de joyería que hace el Señor con nuestras vidas, es tremendo entender que el nos ha llamado para algo mas que tener un oficio o mantener una familia o tener un status frente a los demás.
Todos los días le pido a Dios que tenga misericordia de mis faltas y sane mi alma de todo el daño que causo el pecado en mi, ya que todos los días son las luchas con nuestra carne y no dejamos que sea Dios, el que realmente obre en nuestras vidas y nos moldee a su perfección, sino que muchas veces nos dejamos atormentar con cosas que ya están vencidas y no nos damos cuenta que forman parte de nuestro propio pasado.

PUNTO DE ACCIÓN:

Pregúntate cuantas veces has actuado mal y has dañado el corazón de Dios, estando dentro del cuerpo de Cristo, es tiempo que empecemos a sacarnos toda la suciedad de nuestro cuerpo, alma y espíritu y empecemos a vivir la vida que Dios quiere que vivamos, dejándonos moldear por El sin importar la forma.